EL VIEJO QUE SEREMOS
En la actualidad y desde tiempos atrás, en las diferentes poblaciones, es evidente una separación de dos grupos sociales, los jóvenes por un lado y los adultos a quienes también conocemos como “viejos”, marcadas por grandes diferencias no solo de edad, también ligado a ello, de creencias, cultura, formas de pensar, ver y sentir el mundo, generando en muchas ocasiones conflicto.
Desde la literatura inclusive, podemos encontrarnos con historias donde nos relatan acontecimientos de este tipo, “Diario de la guerra del cerdo” del escritor argentino Adolfo Bioy Casares, es una novela que nos muestra un claro ejemplo de esta situación, donde se generan un clima de violencia, en el que se ven enfrentados dichos grupos (jóvenes- viejos), los jóvenes buscan acabar con los viejos, empiezan una serie de ataques y llaman “cerdos” a los viejos, éstos deberán empezar a buscar la forma de sobrevivir. Una historia no muy alejada de la realidad.
No es necesario ir muy lejos para ver este fenómeno, con solo mirar a nuestro alrededor, en nuestros propios hogares y comunidades, con nuestros padres o abuelos, podemos encontrar que son claras e inevitables las diferencias, al no coincidir en gustos, opiniones y otros aspectos se propician espacios para discusiones; no solo en cuanto a los aspectos de personalidades, creencias y edades, desde un punto de vista más general podemos encontrarnos también y no de menor importancia que hay factores sociales de tipo económico, laboral, de salud, que ponen en desventaja a uno u otro grupo.
El proceso de envejecimiento, no es solo un proceso biológico también lo es desde lo psicológico y lo social, el crecimiento de la población perteneciente a la tercera edad, implica costos en el sistema social para la protección y los cuidados, llevando esto en ocasiones, a entrar en una situación conflictiva con la población joven por los recursos; este aumento de la longevidad hace que este grupo de edad vaya cobrando mayor importancia, pues gracias al entorno, los cuidados y servicios médicos, que en los últimos años y sobre todo en los países desarrollados se prestan para las personas de estas edades, permiten ver en ellas mayores capacidades físicas, psicológicas y sociales y como consecuencia exige el desempeño o redefinición de roles y comportamientos que ayuden a la adaptación frente a las nuevas situaciones.
Dando una mirada histórica podemos encontrar, como este fenómeno de división entre los jóvenes y los viejos ha ocasionado inclusive, revoluciones como en los años 60 y 70, en países como Francia y Estados Unidos, donde los jóvenes luchaban por un mundo que les pertenecía, antes que a las viejas generaciones, según ellos; de igual forma en países suramericanos se vivieron épocas de revolución apoyadas por los jóvenes universitarios, desde países como Argentina, allí en el Rio de la Plata hubo un momento de ruptura entre generaciones, cuestionándose el sistema de poder, la distribución de riquezas, en busca de una lengua diferente que permitiera mostrar una realidad pensada y sentida como nueva.
Argentina a lo largo de su historia, ha atravesado por diferentes momentos de conflicto y revolución nacional, de diferentes causas, se ha ido transformando, mezclando las razas y culturas que llegaron allí desde la época de inmigración, tejiendo una identidad que caracterizaría a los argentinos; las pasiones políticas, el tango, son algunas de sus producciones culturales, incluyendo también la literatura, que ha ocupado un lugar destacado dentro de la literatura española, con autores como Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y el ya mencionado y a quien damos importancia por su obra Diario de la guerra del cerdo, Adolfo Bioy Casares.
Es importante entonces, mencionar que la literatura argentina, posee rasgos particulares que la diferencian de otras, sus primeros registros se componen de crónicas de viajeros extranjeros, aparece un genero nativo siendo su máxima expresión la obra de José Hernández, se alcanza una madurez intelectual y política en el siglo XIX; con lo anecdótico, lo sentimental, las crónicas costumbristas, mostrando un sentimiento de organización nacional, a finales del siglo se encuentra el modernismo, en 1900 aparece la primera generación consolidada dentro de la literatura argentina, aportando una doctrina intelectual y con la generación de 1940 centrada en lo descriptivo, lo nostálgico y lo memorioso; los narradores se alinearon con el idealismo y el realismo con toques urbanos y costumbristas, allí encontramos al autor Adolfo Bioy Casares, nacido en Buenos Aires el 15 de septiembre de 1914 y fallecido en Ibiden el 8 de marzo de 1999; su obra literaria incluye lo fantástico, lo policial y la ciencia ficción, bajo una característica humorística, además de lo erótico y la pasión amorosa que hacen parte de su narrativa, en el año de 1969 publica su novela “Diario de la guerra del cerdo”, que escribió según él, cuando sentía que empezaba a envejecer, obra que nos lleva a retomar el tema acerca del conflicto entre los jóvenes y los viejos.
En esta obra Bioy Casares nos cuenta la historia de un grupo de hombres mayores, siendo el protagonista Isodoro Vidal, también conocido como Isidro, un hombre que al igual que sus compañeros está haciendo el arribo a la vejez y los cambios que se ejercen sobre lo biológico y lo psicológico, se hacen evidentes de la mano con el rechazo y resistencia del protagonista frente a este cambio.
Isidro y sus compañeros con quienes frecuentemente se reúne para disfrutar de largos ratos de juego, acompañados de fernet, mate y otros aperitivos, se muestran preocupados por los achaques de su edad y esto es fuertemente presionado por la creciente época de violencia y ataques juveniles que se viene presentando, donde ellos “los viejos” son las víctimas, de aquellos grupos de jóvenes, que en las noches empiezan una casería donde persiguen, secuestran y asesinan brutalmente a todos aquellos que consideran más lentos y débiles, los viejos a los que de una forma despectiva llaman “cerdos”. Vidal y sus amigos deben aprender a moverse por la ciudad y estar siempre alerta para el momento en el que sea necesario defenderse, pero inevitablemente, son alcanzados por esta guerra ocasionando la muerte de Néstor uno de sus compañeros y más adelante le quitarían la vida a su hijo por considerarlo un traidor.
La novela, cargada de sentimientos como la violencia, el amor, la ternura, que se muestran desde la realidad, permiten también ver otros aspectos del protagonista, un hombre que quiere sentirse feliz nuevamente, aventurándose a compartir y disfrutar de la compañía de una mujer joven a quien en secreto quiere, deja así ver que a pesar de su edad, hay unos sutiles toques infantiles dentro de su personalidad, mostrando a su vez que un hombre de avanzada edad, puede compartir sentimientos similares a los de una persona joven. Además encontramos, la relación de Vidal con su hijo, que en un principio se vio un poco marcada por la indiferencia y cierta distancia, reflejando la mencionada realidad en la que desde el hogar se separan ambos grupos; dentro de la realidad que enmarca la novela en una época de violencia contra los viejos y quienes fueran traidores, esta separación entre padre e hijo, es en parte movida por la pertenencia de éste al mundo de los jóvenes, pero en los últimos momentos deja entrever sentimientos de amor y preocupación por parte de ambos. Vidal además del conflicto social que se está viviendo, lleva consigo unas cargas emocionales, recuerdos de su infancia y vida anterior, que poco a poco y al encontrar de nuevo una compañera logra ir pacificando, a la vez que en ella puede ir encontrando nuevos sentimientos y nuevas motivaciones.
Los hechos narrados de una guerra contra los viejos, se apoya en el implacable exterminio de una generación por otra, enfrentada cruelmente y donde la fatalidad de envejecer es el móvil del protagonista. La historia posee el clima de violencia que se estaba dando en el país, donde lo que narra el autor, es aquello que vendrá. Un protagonista que podría ubicarse dentro de lo que se conoce, según el gerontólogo Ernest Burges como “la primera madurez”, donde la población todavía puede desempeñar un papel activo en la sociedad, preocupados por mejorar aspectos que puedan afectarlos o a las personas mayores; lleva una vida monótona en la tranquilidad de uno de los barrios de Buenos Aires, que se ve en un momento dado, interrumpido por la guerra contra los cerdos, dejando ver como el conflicto entre los jóvenes y los viejos ha existido a través de la historia y se nos hace posible conocerla a través de obras literarias como “Diario de la guerra del cerdo”, donde el joven solo aparece en grupo, obedeciendo a éste y a unas conductas planas, unos intelectuales fríos que siguen unas prácticas poco comprensibles, llevándolos a la destrucción de su entorno y de su propia especie.
Con la obra de Adolfo Bioy Casares, encontramos una gran narrativa que le permite al lector identificarse con los personajes, hay una perfecta descripción donde se pueden percibir emociones, sentimientos y situaciones de la obra, con un claro y bien utilizado lenguaje, que hace mover a quien lee en el interior de sus páginas; no es de extrañar que algunos lectores pertenecientes al grupo de los viejos, encontraran la novela un poco deprimente, rechazándola, pero es recomendable para todo tipo de público, quienes conocen la obra encuentran en ella un gran valor, por la calidad y el estilo de su autor y además, por las valiosas reflexiones que aporta; el autor muestra los hechos sin deformar la realidad, para él la vejez es una carga que debe asumirse y vivirse en lo que es y así se podrá disfrutar de todo lo que ofrece al igual que otras edades a lo largo de la vida, la visión que se da en la novela de los jóvenes resulta del presente que encuentra causa en la soberanía, es algo limitada; la novela que data de 1969, recoge el clima de violencia que se gestaba entonces en todo el mundo, donde la acción que se desarrolla le permite alcanzar su grandeza. Se puede apreciar una característica del escritor en su narración, con frases sentenciosas, de las que se pueden desprender grandes lecciones, de acuerdo a la observación particular.
En la literatura de Bioy Casares, es fundamental encontrar plasmados los sentimientos del hombre, amores, odios, pasiones y deseos, es entretenida, reflexiva y de gran agudeza al percibir el mundo que nos muestra.
Encontramos para concluir que el hombre, el joven, en sus ansias por acceder al poder y tener un mayor dominio territorial y personal, destruye su pasado y su historia en el propio hombre por temor a su propio futuro, dando cabida en esta guerra a la indiferencia y la cobardía. Estamos en constante conflicto entre generaciones y grupos sociales, que es ocasionado por muchos y en ocasiones diferentes aspectos, políticos, económicos, culturales, ideológicos; donde inevitablemente el más débil estará en desventaja y en la mayoría de los casos, este puesto es ocupado por los llamados viejos; ese respeto que a través de los años y desde la infancia se había inculcado, para con las personas mayores, como personas que ocupaban un lugar de sabiduría y de jerarquía, ahora se ve contrariado por las diferencias que separan a ambas generaciones, ocasionando en algunos momentos de la historia, sucesos de violencia que difícilmente se pueden entender; como jóvenes es necesario vivir en base al respeto frente a todo aquello que nos han legado las generaciones pasadas, que si bien no siempre ha sido del todo positivo, ha contribuido a forjar nuestro presente y es probable que nuestro futuro, es necesario ocupar el lugar del otro dándonos cuenta que en llegaremos a esa edad; como viejos, se debe aceptar esta edad, vivirla encontrando en ella nuevos significados, que permitan un acoplamiento a la época, todos jóvenes y viejos hacemos parte de una misma sociedad.
Teniendo en cuenta lo que nos dice Bioy Casares en su novela: “todo viejo es el futuro de algún joven”, nos encontramos con una realidad que no podemos negar y de la que no podemos escapar.
“En esta guerra los chicos matan por odio contra el viejo que van a ser, un odio bastante asustado”.
Isidro Vidal
Bibliografía
-Bioy C, Adolfo. Diario de la guerra del cerdo. 1969
-Tinoco, Luis. El conflicto de generaciones
-http://www.reis.cis.es/REISWeb/PDF/REIS_045_06.pdf
-http://surdelsur.com/sistemap-version-espanol.htm
-http://yobioycasares.blogspot.com/2010/03/sobre-la-guerra-al-cerdo.html